Vanguardias.
Las vanguardias son las fuentes que toman los pintores Centroamaericanos para sus obras.
El vanguardismo se refiere a las personas o a las obras que son experimentales o innovadoras, en particular en lo que respecta al arte, la cultura, la política, filosofía y la literatura.
Representa un empuje de los límites de lo que se acepta como la norma o statu quo, sobre todo en el ámbito cultural.
El vanguardismo es considerado como una característica del modernismo, a diferencia de la posmodernidad. Muchos artistas se han alineado con el movimiento avant-garde y aún continúan haciéndolo, trazando una historia a partir del dadaísmo pasando por los situacionistas hasta artistas posmodernos como los Poetas del Lenguaje alrededor de 1981.
Estos movimientos artísticos renovadores, en general dogmáticos, se produjeron en Europa en las primeras décadas del siglo XX; desde donde se extendieron al resto de los continentes, principalmente hacia América, en donde se enfrentaron al modernismo.
La característica primordial del vanguardismo es la libertad de expresión, que se manifiesta alterando la estructura de las obras, abordando temas tabú y desordenando los parámetros creativos. En poesía se rompe con la métrica y cobran protagonismo aspectos antes irrelevantes, como la tipografía. En arquitectura se desecha la simetría, para dar paso a la asimetría. En pintura se rompe con las líneas, las formas, los colores neutros y la perspectiva..
Características de las vanguardias
Una de las características de las vanguardias fue la actitud provocadora. Se publicaron manifiestos en los que se atacaba todo lo producido anteriormente, que se desechaba por desfasado, al mismo tiempo que se reivindicaba lo original, lo lúdico, desafiando los modelos y valores existentes hasta el momento.
Dentro de las corrientes vanguardistas, los ismos surgieron como propuesta contraria a supuestas corrientes envejecidas y propusieron innovaciones radicales de contenido, lenguaje y actitud vital. Entre ellos se encuentran los siguientes:
FUTURISMO.
El futurismo es un movimiento inicial de las corrientes vanguardias artísticas, surgió en Milán impulsado por el poeta italiano Filippo Tommaso Marinetti, quien recopiló y publicó los principios del futurismo en el manifiesto del 20 de febrero de 1909, en el diario Le Figaro de París. Al año siguiente, los artistas italianos Giacomo Balla, Umberto Boccioni, Carlo Carrà, Luigi Russolo y Mario Jordano firmaron el llamado Manifiesto del Futurismo.
Aunque tuvo una corta existencia, aproximadamente hasta 1944 -acabado con la muerte de Marinetti-, su influencia se aprecia en las obras de Marcel Duchamp, Fernand Léger y Robert Delaunay en París, así como en el constructivismo ruso.
El futurismo ruso fue una corriente de la vanguardia rusa, relacionada con el futurismo italiano, que surgió en Rusia en los años previos a la Primera Guerra Mundial.
Este movimiento rompía con la tradición, el pasado y los signos convencionales de la historia del arte.
Sus postulados eran la exaltación de lo sensual, lo nacional y guerrero, la adoración de la máquina, el retrato de la realidad en movimiento, lo objetivo de lo literario y la disposición especial de lo escrito, con el fin de darle una expresión plástica.
El futurismo procede directamente del cubismo, incluso los primeros cuadros, son de pleno derecho, cubistas, pero evolucionan rápidamente hacia una estética diferenciada, debido a su obsesión por representar la velocidad. Es un movimiento, fundamentalmente, italiano.
Rechazaba la estética tradicional e intentó ensalzar la vida contemporánea, basándose en sus dos temas dominantes: la máquina y el movimiento.